Ahora rumbo a Egipto donde habrá que cambiar el actual rumbo energético

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Por Alieto Aldo Guadagni Academia Argentina de Ciencias del Ambiente – Universidad de Belgrano

Las emisiones contaminantes de origen energético crecieron 6,4 por ciento durante el año pasado, debido a la recuperación global de la actividad económica., marcando así un nuevo récord. BP informa en su reciente Statistical Review of World Energy, que las energías fósiles representan nada menos que 82 por ciento de la producción total de energía, a pesar de la importante expansión de las energías renovables y limpias.

Las actividades humanas de los últimos siglos están contribuyendo de una manera acelerada a la acumulación de CO2 alrededor de la Tierra, provocada no solo por las energías fósiles sino también por la deforestación., Desde inicios de la Revolución Industrial (1750), las actividades humanas han incrementado la concentración de CO2 casi un 50 por ciento. Según la NASA (Global Climate Change, Abril 2022) este aumento es un poco mayor al registrado desde hace 20000 años y hasta los inicios de la Revolución Industrial. El alerta reciente realizado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio climático, convocado por Naciones Unidas, es bien claro, ya que expresa que evitar cruzar la barrera de un aumento de 1,5°C de la temperatura global, requiere que las emisiones globales comiencen a disminuir ya en los próximos tres años, es decir que los plazos se han acortado debido al constante aumento de las emisiones energéticas.

Por cada habitante en la época de Nerón ahora hay cuarenta (200 vs 8000 millones). En la próxima década seremos 800 millones más. El PBI mundial se multiplico 19 veces el siglo pasado. La producción de bienes y servicios durante el siglo XX es mayor a toda la producción acumulada desde el inicio de la historia hasta fines del siglo XIX. Las emisiones de CO2 (principal gas contaminante) causada por los fósiles fue el año pasado dieciocho veces mayores a las de 1900. El 2021 fue el año con mayores emisiones. Antes de la revolución industrial el CO2 acumulado alrededor de la Tierra llegaba a 280 ppm. En la actualidad llega a 422 ppm.

Los cambios climáticos a escala planetaria

La OMM (Organización Meteorológica Mundial) expresa que los recientes eventos climáticos se tratan de “un nuevo ejemplo patente de que las actividades humanas están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, en el océano y en la atmósfera, estos cambios entrañan repercusiones nocivas y duraderas”. Los últimos 7 años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. En 2021 la temperatura media mundial supero en 1,11°C los niveles pre-industriales. El mundo debe actuar en el curso de esta década para evitar los peores efectos de la crisis climática y mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1,5°C. Las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzan un nuevo máximo mundial en el 2021 y siguen aumentando. El nivel del mar alcanzo un nuevo máximo en el 2021, el aumento anual entre el periodo 2013-2021 es el doble que en el periodo 1993-2002. La causa es la pérdida de masa de los mantos de hielo en los polos. Los glaciares se han reducido 33,5 metros desde 1950, el 75% de esta pérdida se ha producidos desde 1980. El 2021 fue un año duro para los glaciares de Canadá y del Noroeste de Estados Unidos, en Groenlandia se produjo un gran deshielo. Grandes olas de calor en América del Norte y en el Mediterráneo. En el Valle de la Muerte (California) se alcanzaron 54,4°C. En Sicilia se llegó a 48,8°C. En Columbia Británica (Canadá) se alcanzó 49,6°C. Aumentaron los incendios. Aumento la sequía en África, Canadá, Estados Unidos, Irán, Paquistán y América del Sur. El huracán IDA toco tierra en Luisiana en agosto del 2021 y ocasiono perdidas por USD25.000 millones. Se agravo la seguridad alimentaria, los desplazamientos humanos y los ecosistemas.

Las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera están empujando al planeta a un territorio desconocido, ya que en la última década se han incrementado la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos. El CO2 es un gas de larga vida (alrededor de 1000 años) y, por tanto, el nivel de temperatura persistirá durante décadas aunque las emisiones se reduzcan tardíamente. Tras más de un siglo y medio de desarrollo económico basado en las energías fósiles, la temperatura del planeta ha subido 1,1°C, multiplicando las sequías, las tormentas y inundaciones. Es necesario un esfuerzo globalmente coordinado para dejar de contaminar la atmósfera.

Según el Observatorio de la US National Oceanic and Atmospheric Administration, instalado en Mauna Loa (Hawai), se registraron estos aumentos en los niveles acumulados de CO2 (ppm): en los siguiente periodos:  1960-1980 (22), 1980-2000 (31) y 2000-2020 (44). En junio de este año quedaban apenas 28 ppm para cruzar la barrera de 450 ppm. En los últimos doce meses aumentaron 1,7 ppm. Cuando se reunió la COP-1 (1995) las emisiones acumuladas eran entonces 360 ppm, o sea 62 ppm menos que los actuales 422. Al ritmo actual de aumento de las emisiones acumuladas de CO2 cruzaríamos la barrera crítica de 450 ppm en apenas 16 años.

Una nueva política energética global

La energía es la fuente de ¾ de las emisiones anuales de gases contaminantes. Eliminar estas emisiones antes del 2050 es clave para evitar que la temperatura suba más de 1,5°C. Se requiere una transformación integral de la producción, transporte y utilización de la energía. En el 2030 la economía mundial será 40 por ciento mayor, pero el consumo energético deberá ser 7 por ciento menor. Anular las emisiones hacia el 2050 exige nuevas tecnologías que aún no están en el mercado. Inversiones requeridas en baterías, hidrogeno, captura y almacenaje y más inversiones en energías limpias y en tecnologías para reducir el consumo energético por unidad de PBI. La Agencia Internacional de Energía (AIE) fue bien clara cuando afirmo que no habrá necesidad de nuevas inversiones para aumentar la producción de combustibles fósiles contaminantes (carbón, petróleo y gas).

Los países retrasaron tanto la reducción de sus emisiones de combustibles fósiles que ya no pueden evitar que el calentamiento global se intensifique en los próximos 30 años, aunque todavía hay una ventana para evitar un futuro más preocupante. No hay dudas que el futuro sea caluroso, cuanto más dependerá de la vigencia o no de nuevas políticas ambientales, particularmente en energía. Una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático. Si queremos estabilizar el clima será necesario reducir de forma sustancial, rápida y sostenida las emisiones de gases efecto invernadero para finalmente lograr 0 emisiones. Evitar cruzar el límite de 1.5°C de aumento de la temperatura global aún es posible según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), pero es necesario una mejora drástica de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de la mayoría de los países, establecidas por el Acuerdo de París (2015) Para afrontar esta tarea es crucial el liderazgo de los países del G20 , donde están los países más contaminadores como China, EEUU, India, UE, Rusia y Japón, ya que estos países representan el 80% de las emisiones de gases contaminantes.

La AIE informa que, para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1,5° “No se deben desarrollar nuevos yacimientos de fósiles ni construir nuevas centrales eléctricas de carbón”. Las energías renovables ya son más baratas que los combustibles fósiles para nuevos usos y crecen las inversiones en generación eléctrica que corresponden a renovables. El aumento de las ventas de vehículos eléctricos también muestra una nueva dirección para la descarbonización, lo que podría conducir a una disminución de la demanda de combustibles fósiles.

Estamos agotando el margen disponible de contaminación energética. Las demoras en actuar aumentaran los costos económicos, ambientales y sociales en el futuro. Está creciendo la incertidumbre sobre la producción energética en el futuro. Es importante avanzar hacia una generación de energía sin emisiones. Esto exige que en el 2050 las emisiones energéticas sean un 95 por ciento inferior a las actuales. Podemos iniciar una era de desarrollo con mayores oportunidades para los habitantes de todo el mundo. Pero se requiere un consenso global, liderado por las naciones más contaminantes, para reducir las emisiones, es hora de acelerar la transición energética a un futuro basado en energías limpias. Los combustibles fósiles son un callejón sin salida para nuestro planeta.

El reciente informe del IPCC de emisiones de gases de efecto invernadero señala que para limitar el calentamiento a 2 C°, será necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero escala global alcancen su nivel máximo en 2025, a más tardar, y que se reduzcan un cuarto antes de 2030. Si no modificamos nuestro patrón de consumo energético, el clima continuará deteriorándose, pero la buena noticia es que es tecnológicamente posible propiciar un nuevo modelo de generación y utilización de la energía que acompañe al crecimiento económico, pero sin perjudicar nuestro medio ambiente. No hay tiempo para perder, es necesario comenzar ya. El retraso implica más desastres en la Tierra.

En la reciente cumbre del G-7 se reafirmaron los compromisos asumidos en el Acuerdo de París, destacando que los actuales no alcanzan a evitar el calentamiento global. El G-7 reafirmó la urgencia en reducir las emisiones de CO2, de manera que hacia el 2030 sean 43 por ciento inferiores a los niveles correspondientes al año 2019.

En esta reunión del G-7 Guterres, secretario general de la ONU, expresó que «Nuestro mundo se dirige al caos climático. Los combustibles fósiles no son la solución, ni lo serán. El deterioro que provocamos en el planeta y en nuestras sociedades es tangible. Lo vemos todos los días en las noticias, y nadie es inmune. Los combustibles fósiles son la causa de la crisis climática. La energía renovable es la respuesta: Por supuesto, las renovables no son la única respuesta a la crisis climática. También son esenciales las soluciones basadas en la naturaleza, como revertir la deforestación y la degradación de la tierra. Lo mismo se puede decir de los esfuerzos por promover la eficiencia energética».

La importancia de la COP-27 este año en Egipto

En esta cumbre del G-7 se reafirmaron los compromisos asumidos en el Acuerdo de París, destacando que los actuales no alcanzan a evitar el calentamiento global. El G-7 reafirmo la urgencia en reducir las emisiones de CO2, de manera que hacia el 2030 sean 43 por ciento inferiores a los niveles correspondientes al año 2019. El tema a ser encarado este año en la COP-27 que tendrá lugar en Egipto, es definir los compromisos y acciones requeridas para respetar la meta de no cruzar la barrera de un aumento de la temperatura global mayor a 1,5°C. John Kerry, representante de los Estados Unidos en la anterior COP 26 había entonces expresado que “esta es ya la última oportunidad de acordar un firme abatimiento de las emisiones globalmente contaminantes”. Esto es cierto, por esta razón es urgente una transición rápida a las energías limpias.

La próxima COP-27 en Egipto decidirá nuestro futuro, lamentablemente el conflicto con Rusia no ayuda a encarar un renovado esfuerzo que comprometa en serio a todas las naciones que habitamos nuestra Casa Común.