In memoriam: Juan Carlos “Bebe” Gómez Sabaini (1938-2021)

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Por Dalmiro Morán (FCE-UNLP)

Conocí al Dr. Juan Carlos Gómez Sabaini a mediados del año 2009 de manera fortuita, como las mejores experiencias suelen suceder. En ese momento, Juan Carlos se encontraba buscando un asistente de investigación para continuar elaborando una muy prolífica trayectoria como consultor en política tributaria para los países de América Latina. Nuestra “entrevista” duró muy poco, con Bebe todo era simple, ameno, claro, cordial. Con el correr de los años me fui dando cuenta de lo privilegiado que fui al momento de su elección, para lo cual sólo necesitó de esa charla entre ambos (según me sugirió tiempo después) y de la referencia de su colega de la UNLP, Alberto Porto, por quien él expresaba un inoxidable respeto y a quien luego pude expresarle mi sincero agradecimiento por su recomendación en dicho momento.

Ese respeto, que con Bebe siempre era recíproco, nunca se limitaba al campo profesional. Siempre, SIEMPRE, al Bebe se lo reconocía por su calidez humana, por su humildad, por su gracia, por su generosidad y, por supuesto, por su compromiso y calidad como profesional. Tenía una inmensa capacidad para transmitir lo que sabía, no solo en las cuestiones de técnica tributaria sino también en su inmensa experiencia en el desempeño de la función pública (tres veces Secretario de Política Tributaria), de la cual había extraído anécdotas que, confieso, le hice repetirme varias veces sólo por el hecho de disfrutar de sus relatos. No importaba el lugar, el contexto o la circunstancia, cada vez que mencionaba mi relación profesional y afectiva con él me transformaba automáticamente en receptor y transmisor de un cúmulo de expresiones de aprecio, respeto y fraternidad que no hacían más que reflejar la intachable y entrañable vigencia de su legado en diferentes latitudes.

Si bien podrían destacarse varios aspectos de su prolongada trayectoria profesional [1], la mayoría de los que lo conocimos -e incluso aquellos que sólo hayan leído parte de su vasta obra- siempre reconoceremos su relevancia en el análisis de las diferentes dimensiones que comprende la política tributaria en los países de América Latina. Desde hacía varias décadas, en épocas donde no parecía ser la prioridad en los objetivos de la tributación, Juan Carlos supo expresar un énfasis muy claro en los impactos de la misma sobre la equidad distributiva. A lo largo de la región, de acuerdo a lo que pude escuchar reiteradamente en distintos foros de debate, él era una referencia de consulta constante en tópicos de reforma tributaria, muy especialmente en lo que se refería al impuesto sobre la renta, por cuyo fortalecimiento como instrumento redistributivo siempre abogaba.

Su profundo conocimiento de la materia tributaria hizo que, a lo largo de la última década, sus contribuciones se extendieran hacia campos más específicos de la tributación latinoamericana como los regímenes simplificados para pequeños contribuyentes, los impuestos ambientales, los esquemas fiscales aplicados sobre los sectores extractivos de recursos naturales, los gastos tributarios y la evasión impositiva doméstica e internacional. En 2017 se le dedicó un merecido homenaje en vida en el Seminario Regional de Política Fiscal de la CEPAL en Santiago de Chile -evento anual que lleva más de treinta años ininterrumpidos de vigencia y en donde ya se lo consideraba una eminencia en la materia tributaria-, donde los prestigiosos colegas presentes coincidieron en que Gómez Sabaini aportaba una perspectiva de vanguardia en cada uno de esos temas en los cuales conjugaba un amplio conjunto de experiencias pasadas y un gran criterio al momento de proponer recomendaciones superadoras. Por dicha razón sus opiniones eran muy valoradas a nivel regional, especialmente en los países de Centroamérica donde sus numerosos informes de consultoría le valieron un reconocimiento unánime que perdurará con el tiempo.

Sin embargo, la “huella” del gran Bebe en el campo profesional de la política tributaria, aunque profunda e imborrable, nunca habrá de ser comparable a los inolvidables recuerdos y momentos compartidos con un ser humano tan excepcional y querible para todos los que lo conocimos. En el último tiempo tuvo que adaptarse a las restricciones que impuso la pandemia que aún nos toca enfrentar, lo que en el caso de Bebe era más notorio por lo agradable de su presencia física en cualquier reunión con colegas o amigos. Aun así, él continuaba iluminándonos con su gracia y su sabiduría, con una energía admirable, con charlas que siempre daba gusto compartir. Se lo recordará siempre sonriente, siempre con actitud positiva, siempre escuchando a los demás y logrando que se lo escuchara sin mayor esfuerzo, siempre con una frase que lo pintaba tal cual fue con los que te quisimos y admirábamos tanto y que solía repetir a los demás como filosofía de vida: Ánimo!. Por eso, haciendo eco de sus palabras y de una de sus frases preferidas, seguiremos en la lucha, que es cruel y es mucha, agradeciéndole eternamente por todo lo que nos supo dar y regalar en su feliz y valioso camino en la vida.

Muchas gracias “Bebe” y hasta siempre.

Nota

[1] Recomiendo enfáticamente la reciente nota publicada en el Blog “Alquimias Económicas”, donde se provee un completo resumen de sus logros profesionales y sus publicaciones más relevantes en la materia tributaria. https://alquimiaseconomicas.com/2021/03/17/juan-carlos-bebe-gomez-sabaini-1938-2021/