Debemos mejorar la graduación universitaria

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Por Alieto Aldo Guadagni
Academia Nacional de Educación

La OECD ha publicado su informe anual sobre la situación de la educación mundial; es evidente que en los países miembros de la OECD se viene registrando un sostenido incremento en la graduación de los jóvenes en carreras universitarias o técnicas de nivel terciario superior. Hacia 2007 apenas 34 por ciento de la población entre 25 y 34 años de edad había completado estos estudios superiores terciarios, mientras que en el 2017 pasado, este porcentaje registra un importante aumento dado que se ubica en el 44 por ciento de esta población. Pero no todas las naciones exhiben los mismos niveles de esta graduación terciaria.

Corea es el país con la más alta graduación (70 por ciento), es decir nada menos que 7 de cada 10 de estos jóvenes coreanos han concluido los estudios terciarios.

En segundo lugar aparecen Canadá (61) y Japón (60).

Rusia y Lituania tienen una graduación terciaria del 58 y 56 por ciento.

Irlanda registra una graduación en el orden de 53 por ciento.

Luego aparecen Australia y Reino Unido (52), Luxemburgo (51) y Suiza (50).

Estados Unidos y Noruega (48)

España presenta una graduación del orden de 43 por ciento.

China presenta una graduación del 18 ciento.

En América Latina los índices de graduación son inferiores, registrándose también importantes diferencias entra las naciones consideradas en este informe de la OECD., Chile encabeza esta lista con 30 por ciento de graduación, México, Colombia y Costa Rica registran una graduación del 28 por ciento. Nuestro porcentaje de jóvenes que completan su graduación terciaria es muy bajo, ya que apenas llega al 18 por ciento. Esto quiere decir que la graduación terciaria en Chile es nada menos que un 67 por ciento superior a la nuestra, mientras que la correspondiente a México, Colombia y Costa Rica son un 55 por ciento mayores. Esto significa que nuestra acumulación de capital humano es muy pobre.

El mundo del trabajo está cambiando

Este mapa global de la evolución de la graduación es universitaria es muy importante, y constituye un serio alerta parta nosotros, ya que estamos en presencia de un sostenido proceso de transformación global de las estructuras de producción de bienes y servicios, que nos indican claramente que año a año se destruirán cada vez más empleos no calificados y aumentara la demanda por más recursos laborales de alta preparación. Esto significa que el nivel educativo de un país será esencial para determinar el ritmo de crecimiento del futuro nivel de vida de la población. El avance económico de una nación hoy no depende principalmente de la existencia de abundantes recursos naturales (agro, minería, pesca, hidrocarburos), sino del nivel de calificación de su fuerza laboral. Este siglo XXI es el siglo de la ciencia y la tecnología, los avances son cada vez más acelerados, por ejemplo en el área de la robotización de los procesos industriales, de la comercialización y los servicios. Las naciones están dejando atrás una época en que la producción de bienes y la acumulación de capital estaban basadas en los recursos naturales. El nuevo capital es el capital humano, por esta razón cada día que pasa es más importante la Universidad y el nivel educativo de los estudiantes secundarios que acceden a ella.

La importancia de la graduación universitaria

Este siglo XXI es el siglo de la ciencia y la tecnología, por esta razón es razonable prever que las naciones que mejoren los niveles y la calidad de su sistema educativo terciario tenderán a liderar el crecimiento de la economía mundial. Comencemos por reconocer que tenemos pocos graduados universitarios y que nuestra matrícula universitaria apunta más al siglo XIX que al siglo XXI. Debemos asumir nuestra realidad y dejar de ser indiferentes a las serias limitaciones de nuestro sistema educativo, particularmente en el nivel superior universitario. Este año celebramos el centenario de la reforma universitaria nacida en Córdoba, es hora de iniciar un sendero de fortalecimiento y expansión de la educación superior, con una nueva agenda que apunte a elevar no solo la cantidad sino también la calidad en la preparación de los nuevos graduados.

Nuestra Universidad enfrenta tres desafíos: calidad, deserción e Inclusión social. Nos estamos quedando rezagados en América Latina, ya que Brasil, Chile, Colombia y México vienen avanzando en su graduación universitaria a un ritmo superior al nuestro. Si tenemos en cuenta el tamaño de las poblaciones, nosotros matriculamos más estudiantes universitarios que estos países. Uno debería suponer que si tenemos más estudiantes deberíamos tener más graduados, pero no es así, sino todo lo contrario. Este rezago se ha acentuado en los últimos años, por ejemplo, Brasil incrementó en el periodo 2003-2016 su graduación más del doble que nosotros. Esta diferencia en el avance en la graduación nos está diciendo que nuestro ritmo de acumulación de capital humano calificado es insuficiente, incide negativamente el hecho que nuestra deserción universitaria es muy alta. Esta deserción es muy inferior en Chile, México, Brasil y México, donde más de la mitad de los ingresantes concluyen su carrera universitaria, mientras que entre nosotros apenas la concluyen 3 de cada 10 estudiantes. Nuestra elevada deserción está vinculada al hecho que después de un año de haber estado en la universidad estatal, 51 de cada 100 alumnos no aprobaron más de una sola materia y en las privadas esta cifra corresponde a 31 de cada 100 alumnos, además hay universidades donde este critico indicador es mayor del 50 por ciento y aun supera el 70 por ciento.

Sin mejora en la educación secundaria no podrá avanzar la universidad

Nuestra graduación universitaria es escasa, sin embargo el ingreso a la universidad es cuantitativamente significativo. Nuestro sistema universitario es uno de los pocos del mundo que carece de una transición ordenada desde el ciclo secundario al universitario, ya que la gran mayoría de las naciones implementan exámenes estatales de evaluación de conocimientos al finalizar el ciclo secundario. Todas las naciones europeas aplican hoy estos exámenes. En Francia este examen fue establecido por Napoleón a inicios del siglo XIX. El Partido Comunista gobierna en tres naciones (China, Cuba y Vietnam), en las tres se aplican exámenes generales obligatorios al finalizar el secundario para ingresar a la Universidad. Lo mismo ocurre en Ecuador, por iniciativa del presidente Correa. En México, Costa Rica, Colombia, Nicaragua, Chile Japón, Corea, Siria, Rusia, y muchas otras naciones asiáticas y africanas también se implementan exámenes estatales al finalizar el ciclo secundario. El ingreso a las Universidades es muy distinto en Argentina, ya que la Ley 27204 estableció el “ingreso irrestricto”. Pero el caso es que nosotros tenemos más estudiantes universitarios que México, Colombia, Chile y Brasil, pero muchos menos graduados, debido a la gran deserción. En nuestras universidades estales no se gradúan 74 de cada 100 ingresantes y en las privadas casi 60. Por esta razón nuestra acumulación de capital humano es muy pobre.

Brasil: el examen nacional de enseñanza media (ENEM)

Veamos que ocurre en nuestro vecino Brasil. En los domingos 4 y 11 de noviembre, se llevan a cabo el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM), mediante el cual se evalúan los conocimientos de los alumnos secundarios. El resultado de este examen determina el ingreso de los estudiantes a la universidad y también el acceso a becas. El domingo 4 de noviembre, los alumnos tuvieron 5 horas y 30 minutos para responder preguntas de Lenguajes, Literatura, Inglés o Español, Artes, Tecnologías de Información y Comunicación. El domingo 11 de noviembre, en tanto, se evalúan conocimientos de Matemática, Ciencias de la Naturaleza, Química, Física, Biología, Geografía, Historia, Filosofía y Sociología, contando los alumnos con un tiempo de 5 horas para responder. Muchos alumnos brasileños dedicaron en este año varias horas diarias al estudio de los temas que fueron evaluados. Además, el Ministerio de Educación de Brasil puso a disposición de los estudiantes diversas herramientas para ayudarlos a prepararse, por ejemplo simulaciones de problemas de examen, boletines informativos, videos de explicaciones y entrevistas a alumnos que ya realizaron el ENEM., cuyos resultados además se utilizan para adjudicar becas. En Argentina no hay ningún tipo de examen de evaluación de conocimientos al final del secundario, debido a que están prohibidos por la Ley 27.204, que los considera “restrictivos”. Pero al comparar nuestras cifras sin restricciones de ingreso frente a las de un país con un sistema “restrictivo” como Brasil, se observa que su sistema es mucho eficaz, con mayor graduación anual y con mayor crecimiento en cantidad de graduados en los últimos años, como se ve en el cuadro siguiente:

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Como se observa, Argentina tiene muchos más estudiantes, pero Brasil tiene muchos más graduados, porque su deserción universitaria es menor. Los exámenes al finalizar el ciclo secundario no impactan negativamente en la graduación universitaria sino que, justamente, promueven todo lo contrario. Brasil tiene un régimen de ingreso “restrictivo”, pero su graduación universitaria no sólo es mucho más alta que la nuestra, sino que además esta brecha se amplía año tras año, porque el ritmo anual de aumento de esta graduación es mayor en Brasil. Lo que ocurre en realidad es que no hay mayor “restricción” que la falta de estímulos a la dedicación al estudio en la propia escuela secundaria, ya que lo que no se estudia como corresponde en esa instancia resulta muy difícil de recuperar en la universidad. No existen restricciones para el ingreso a nuestras universidades, porque así lo dispone nuestra ley, pero la deserción es muy elevada ya que de cada 100 estudiantes que ingresan a todo el sistema universitario argentino (estatal y privado), casi 70 no concluyen sus estudios. No hay “restricción” pero hay una amplia “deserción”. Un fin de semana distinto en Brasil y la Argentina, es el preludio de dos futuros diferentes. Pero los jóvenes no son los responsables, ya que los adultos definen la política educativa. Este examen ENEM apunta claramente a mejorar el nivel de conocimientos de los egresados de la escuela secundaria en Brasil; hay que destacar que algo similar ocurre en muchos países latinoamericanos que también aplican estos exámenes a la finalización del ciclo secundario (Cuba, Nicaragua, Ecuador, Colombia, México, Chile y Costa Rica). Como hemos visto ellos tienen más graduados que nosotros.

Reflexión final

La ausencia de este tipo de exámenes generales al finalizar el secundario es una clara desventaja para nuestros alumnos, ya que deteriora el proceso de estudio en este nivel. Es común escuchar a nuestros profesores universitarios de primer año destacar las grandes deficiencias en la preparación de los estudiantes secundarios y la elevada deserción.

Si seguimos como hasta ahora, continuaremos comprometiendo aún más el futuro de nuestros adolescentes. En este siglo XXI, una nación no puede asegurar su crecimiento económico y desarrollo tecnológico sin una significativa graduación universitaria de sus jóvenes.