“¿Qué es el bien común?”. Entrevista de Fernando Navajas a Jean Tirole

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Por el Equipo del Blog

En noviembre de 2017 Fernando Navajas realizó una excelente entrevista al premio Nobel de economía Jean Tirole. La misma se desarrolló en el marco del trabajo conjunto entre el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la República Argentina, y el Servicio de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia en Argentina. Como resultado se publicó el libro “¿Qué es el bien común?”, Jean Tirole y Fernando Navajas. En esta entrada se destacan 5 aspectos muy relevantes de esta entrevista como parte de una invitación a leer el libro.

  • Sobre el Nobel y la divulgación de las ideas: “Evidentemente, no hay que adolecer de lo que llamo el “síndrome Nobel” porque la gente cree que sabemos todo por haber recibido el premio, y la verdad es que solo sabemos algunas cosas de nuestra materia. Pero nos preguntan sobre absolutamente todo. Pero, de algún modo, esto me hizo tomar conciencia sobre mis responsabilidades porque antes del Nobel tenía mi cátedra, daba clases y también hablaba con expertos, expertos de las empresas, expertos del gobierno. Mis charlas nunca se dirigían a un público más amplio. Desde que recibí el premio Nobel, me encuentro con gente, incluso en la calle, que me para y me dice: “Nos gustaría saber para qué sirve la ciencia económica” y también “¿Podemos leer algo suyo que sea comprensible?” Porque todo lo que había escrito hasta ese momento era bastante técnico, pensado para los asesores de áreas económicas: me dedicaba a cosas muy técnicas, aun sin matemáticas. Entonces tomé conciencia de mi deber como economista, de interactuar con un público más amplio. En definitiva, la democracia no solo atañe a los expertos y es muy importante que la gente se apropie de la economía. La economía al alcance de todos es apasionante. Para ello, se necesita tener las bases y divulgar… Algo que nosotros como economistas, evidentemente, no siempre hacemos”.
  • Sobre los estudios de Economía y la visión multidisciplinaria: “Antes, la economía era muy teórica –y sigue siéndolo, por supuesto–. Pero vemos cada vez más econometría, es decir, estadística aplicada a la economía; hoy, por ejemplo, bajo la forma de Big Data, pero generalmente como econometría. También se realizan más experimentos, en estudios de campo, en los laboratorios, para intentar convalidar los comportamientos y ver si estos comportamientos que suponemos en nuestras teorías son efectivamente los que se adoptan, ya que, después de todo, somos seres humanos y no máquinas. Tenemos ese lado humano en nosotros, que es muy importante y por eso hay que predecir los comportamientos correctamente. De modo que el aspecto empírico ganó mayor importancia. Y también el lado pluridisciplinario. Hoy los economistas trabajan mucho con psicólogos, sociólogos, politólogos, antropólogos, historiadores. Y nosotros, en Toulouse, construimos hace seis años un instituto pluridisciplinario que pretende reunir todas estas disciplinas, lo que no siempre es fácil, porque tenemos diferentes lenguajes, diferentes técnicas, pero tenemos mucho que aprender entre nosotros”.
  • Sobre incentivos: “la gente reacciona ante sus incentivos. Todos –políticos, empresarios, desempleados o profesores de Economía– reaccionamos frente a nuestros incentivos y por eso hay que prestarle atención a la organización de la sociedad, ya que vemos claramente que los gobiernos, así como los mercados, también tienen fallas, simplemente porque los gobernantes reaccionan a los incentivos”.
  • Sobre fallas del estado: “el propio Estado tiene muchas fallas. Y así entramos en la cuestión de la crisis financiera. Entramos en la cuestión de lo que los Estados modernos les dejan a nuestros hijos. Sobre el segundo punto, vemos que el Estado moderno les deja a nuestros hijos deudas públicas muy importantes, jubilaciones desfinanciadas, una educación a medio camino que en muchos países no prepara en absoluto para la economía digital que se viene, el recalentamiento global, la desigualdad, el desempleo. Vemos claramente que el Estado no siempre actúa en pos del bien común”.
  • Sobre medio ambiente: “Creo que, en primer lugar, debemos comprender por qué tenemos un problema con el cambio climático. Ahí se ve claramente una falla del mercado. Cuando emito carbono, no tomo en cuenta, a fin de cuentas, cuáles serán los efectos de mis emisiones de carbono sobre las demás personas en mi propio país, en el exterior y en el futuro. Pero también hay una falla del Estado, que no hace lo que corresponde para combatir el calentamiento global. Y para mí, esta falla del Estado responde a dos cosas. Primero, a que no hay un Estado sino ciento noventa y seis. Cada Estado espera que el esfuerzo lo hagan los demás, porque el combate contra el calentamiento global es costoso. Y así, cada Estado adopta el comportamiento del “polizón” y tiene la expectativa de que el esfuerzo recaiga sobre los demás. Y, evidentemente, nadie hace el esfuerzo. Por otro lado –y hay que decirlo– somos egoístas respecto de las futuras generaciones. Somos muy egoístas y en parte se debe a que estas generaciones no votan; en este sentido ni siquiera existen”.