Seguimiento de precios y tarifas de los servicios públicos (segundo trimestre 2023): Un año de segmentación tarifaria

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Por Thomas García (CEFIP-IIE-UNLP) y Octavio Bertín (CEFIP-IIE-UNLP)

Los precios y tarifas públicas han sido fijados desde 2001 siguiendo criterios políticos sin fundamento económico. Al separar el precio que pagan los usuarios de los costos de producción se alienta el consumo excesivo y se desalienta la producción.  Además, el subsidio se carga al presupuesto y se traduce en mayores impuestos, emisión monetaria, deuda y disminución en el gasto en bienes públicos, deteriorando la cantidad y calidad de esos bienes (educación, salud, seguridad). La pérdida de valor real de esos precios y tarifas alcanzó un máximo en diciembre de 2015 y llevó a un replanteo que luego, por razones políticas, se revirtió en abril de 2019 con un nuevo congelamiento de gran intensidad y con los altos costos mencionados antes.

El 16 de junio del 2022 el Poder Ejecutivo Nacional emitió el decreto 322/2022 mediante el cual se establecía un nuevo régimen de segmentación para los servicios públicos de electricidad y gas; este se complementó con la posterior resolución 183/2022 del Ministerio de Obras Públicas que extendía la segmentación al servicio de agua y saneamiento. A partir de esto, las tarifas de estos servicios públicos pasaron a diferenciarse según 3 niveles de ingresos: bajos, medios y altos y situación patrimonial y personal de los consumidores, variables que no tienen una relación directa significativa con el consumo [1]. En la edición N°15 del Boletín Trimestral de Precios y Tarifas Públicas se realiza un repaso de la evolución de estas tarifas desde la sanción del decreto 322/2022.

La segmentación de las tarifas según niveles de ingreso tuvo dos consecuencias principales. Por un lado, la separación de los niveles generales de tarifas para los tres niveles de ingreso debido a que estos enfrentan cuadros tarifarios distintos. Por el otro, provoca también la separación de los niveles generales con y sin tarifa social. El primero de estos dos puntos se puede observar en la figura 1, donde se muestra la evolución del nivel general [2] considerando separadamente las tarifas de los 3 niveles de ingreso en los últimos dos años.

A partir de la puesta en práctica de la segmentación en septiembre de 2022, la evolución del nivel general para los 3 niveles de ingresos se separa. Para los niveles 2 y 3 el índice continúa su caída en términos constantes, mientras que para el nivel 1 aumenta sustancialmente, en particular durante el último trimestre. Es importante destacar que a pesar de la segmentación, el consumo de electricidad del nivel 3 continúa siendo subsidiado hasta los 400kWh/mes, de modo que las tarifas que enfrentan los usuarios de este segmento dependen de su nivel de consumo. En la figura 1 se incluye el índice general para el nivel 3 de un usuario con consumo bajo de electricidad (225 kWh/mes, los cuales están subsidiados en su totalidad) en naranja y de un usuario con consumo alto de electricidad (500 kWh/mes, de los cuales solo los primeros 400 están subsidiados) en azul.

Por otra parte, la figura 2 ilustra la segunda de estas dos consecuencias. La segmentación introdujo una separación en la evolución del nivel general con y sin tarifas sociales.

La introducción de la segmentación provoca una separación en la evolución de las tarifas plena y social, en particular a raíz de los aumentos introducidos en el nivel 1 y el relativo congelamiento del nivel 2. Luego, la relevancia del gas, agua y electricidad en el consumo de servicios público traslada ese quiebre a la evolución del nivel general, como se ve en la figura 2. La vuelta a la racionalidad implicará realizar un estudio serio de los precios y tarifas púbicas. Un punto que debe merecer atención es fijar una tarifa social para energía eléctrica, gas y agua que posibilite el acceso y consumo de la población de menores ingresos evitando el derroche.

La edición N°15 del Boletín Trimestral de Precios y Tarifas Públicas muestra detalladamente el desarrollo de las tarifas de estos tres servicios desde el comienzo de la segmentación hasta la actualidad; se analiza la evolución de la tarifa correspondiente al consumo representativo para los 3 niveles de ingreso, además de la tarifa social para el Área Metropolitana de Buenos Aires hasta junio de 2023.

Para la elaboración de la presente nota se agradecen los comentarios de Alberto Porto.

Notas

[1] En términos generales, el nivel 1 está compuesto por hogares con ingresos superiores a 3,5 canastas básicas, posean 3 automóviles con antigüedad menor a 5 años, 3 o más inmuebles o una embarcación de lujo. El nivel 2 comprende a los hogares con ingresos inferiores a 1 canasta básica, con al menos un integrante con Certificado de Vivienda, Pensión Vitalicia a Veteranos o con certificado de discapacidad, o bien funcione como comedor comunitario. En el nivel 3 se encuentran el resto de los hogares y quienes calificarían para el nivel 2, pero poseen 2 o más inmuebles o un vehículo de hasta 3 años de antigüedad. A partir de datos administrativos, en el AMBA el nivel 1 concentra el 34% de los hogares, el nivel 2 el 45% y el nivel 3 el 21%.

[2] El Nivel General de Precios y Tarifas contempla las tarifas de electricidad, agua, transporte (subterráneo, colectivo, ferrocarril urbano y de larga distancia y aéreo), combustible (kerosene, gas natural, comprimido y licuado, nafta y gas oíl), correo, telefonía móvil y fija e internet con ponderadores construidos a partir de la Encuesta Nacional del gasto de Hogares para asignarle a cada servicio su peso relativo.