Los nuevos desafíos educativos que plantea la pandemia

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Por Alieto Aldo Guadagni (Academia Nacional de Educación)

Casi todos los gobiernos se vieron obligados a interrumpir el dictado normal de clases, es decir con la presencia de alumnos y maestros, el propósito estuvo justificado, ya que se trataba de defender la vida de maestros, alumnos y sus familiares, amenazados por el COVID-19. Tres de cuatro niños enfrentaron en el mundo escuelas cerradas. Es una situación crítica para la enseñanza ya que el cierre de escuelas provoca costos sociales y económicos. Los problemas que ocasiona afectan a todas las comunidades, pero las consecuencias son graves para los niños desfavorecidos y sus familias. Es probable que muchos niños que hoy enfrentan escuelas cerradas no vuelvan a ellas, es un grave riesgo ya que las escuelas son un instrumento necesario para promover la movilidad social.

No estábamos preparados para el cierre de las escuelas

El mundo no estaba preparado para la crisis originada por esta pandemia mundial y el sistema escolar tampoco lo estaba. A pesar de la incorporación de tecnologías en los diversos espacios educativos, la masificación en el acceso y uso de diversas plataformas, la disponibilidad de nuevos e innovadores recursos, nos hemos encontrado con desafíos para los que no estábamos en condiciones de responder. El avance de esta pandemia obligó a cerrar las escuelas, surgiendo iniciativas enfocadas en asegurar la continuidad del aprendizaje a distancia, es decir no presencial. Esto ha ocurrido con mayor intensidad en aquellos países donde se contaba con políticas efectivas de inclusión digital y mayor capacidad instalada y operativa. La mitad del total de los alumnos en el mundo que no pueden asistir a la escuela debido a la pandemia de COVID-19, no tienen acceso a una computadora en el hogar y el 43 por ciento no tiene Internet en sus casas, en un momento en que se utiliza masivamente la educación a distancia por medios digitales. Las desigualdades constituyen un obstáculo cuando se intenta tener una educación de calidad y socialmente inclusiva.

No es fácil reemplazar la escuela presencial

Los países que hoy no disponen de las herramientas adecuadas se están viendo desafiados a accionar rápidamente para implementar más recursos digitales aptos para no ver deteriorados los procesos de aprendizaje. Nuestra realidad indica que para evitar el deterioro de aprendizaje escolar mantener la continuidad de la enseñanza y el aprendizaje no alcanza con los actuales mecanismos individuales de comunicación, como el internet. Es importante evitar que se agraven aún más las grandes diferencias educativas por nivel socioeconómico de las familias, por esta razón se requiere establecer otras opciones, como la utilización de los medios de comunicación muy difundidos entre todos los sectores de la población, como la radio y la televisión.

El cierre de las escuelas agrava la desigualdad

La educación es un factor importante para garantizar la igualdad de oportunidades, promover el empleo bien remunerado, los ingresos, la salud y la reducción de la pobreza. Pero, la realidad es que vivimos en un sistema educativo en el cual el estatus socioeconómico de la familia de origen –medido a través del nivel educativo de madres y padres–tiene un peso determinante en el nivel educativo y el futuro laboral de sus hijos. Debemos evitar que esta pandemia agrave aun la creciente desigualdad emergente de esta vinculación.

Según la CEPAL, más de 160 millones de estudiantes de América Latina y el Caribe encontraron sus escuelas cerradas. Las medidas que los países de América Latina han adoptado son la suspensión de las clases presenciales, lo que ha dado origen al despliegue de nuevas modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de tecnologías. Además, el cierre de las escuelas afecta la alimentación de los sectores más humildes de población estudiantil que reciben alimentos en las escuelas.

Los países de América Latina están desigualmente preparados para enfrentar esta crisis mediante la digitalización. Aunque la región ha avanzado en el acceso al mundo digital, gracias a la masificación de la conectividad móvil, aún existen grandes desigualdades en el acceso al mundo digital. En 2018, alrededor del 80 por ciento de los estudiantes de 15 años que participaron en la prueba (PISA) en la región tenía acceso a Internet en el hogar y solo un 61 por ciento tenía acceso a una computadora. Solamente un tercio de los estudiantes contaban con un software educativo en el hogar, en comparación con más de la mitad de los estudiantes, estudiantes de los países industrializados, además en América Latina el acceso a este tipo de dispositivos en el hogar es muy desigual.

CEPAL advierte que casi un 80 por ciento de los estudiantes latinoamericanos del cuartil socioeconómico más alto cuentan con una computadora portátil en el hogar, frente a solo un 10-20 por ciento de los estudiantes del primer cuartil socioeconómico más bajo. Las excepciones son Chile y el Uruguay, que cuentan con un mayor nivel de acceso a este tipo de equipamiento, gracias a programas públicos de provisión de dispositivos móviles. La desigualdad en el acceso a oportunidades educativas por la vía digital no es solo una diferencia de acceso a equipamiento, sino también al conjunto de habilidades que se requieren, por eso los niños y niñas de primaria están en desventaja para asumir esta continuación de estudios a través de Internet.

Fortalecer la educación a distancia

Según el Banco Mundial, como medida para mitigar el impacto del cierre de escuelas en el aprendizaje y para apoyar a la población estudiantil, más de 160 países desarrollaron algún tipo de aprendizaje a distancia desde marzo de 2020. Muchos de ellos planean continuar con él de manera exclusiva o utilizarlo como medida complementaria para apoyar clases más pequeñas y la menor presencia física en las aulas, ya que el aprendizaje remoto plantea desafíos en la implementación y en llegar a los niños desfavorecidos.

El Instituto de Estadística de las Naciones Unidas estima que el 40 por ciento de los estudiantes cuyas escuelas están cerradas hoy no tienen acceso a Internet. Para aumentar la accesibilidad, algunos gobiernos están distribuyendo dispositivos digitales y mejorando las opciones de conectividad.

El Banco Mundial alerta informando que el regreso de los estudiantes a las aulas sigue siendo la excepción ya que dos tercios de los alumnos del mundo, en más de 110 países, siguen afectados por el cierre de escuelas y es posible que no vean sus aulas durante algún tiempo. Esto tendrá un impacto negativo en el nivel de escolaridad y el aprendizaje de los estudiantes y en la acumulación de capital humano.

Es necesario evitar que el cierre de las escuelas agrave aún más nuestras grandes diferencias educativas por nivel socioeconómico de las familias, por eso es importante fortalecer mediante la tecnología los sistemas de aprendizaje y evaluación educativa a distancia. Al mismo tiempo, es hora de fortalecer la capacitación de los docentes de todos los niveles en esta tarea.