Es escasa nuestra graduación universitaria

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Por Alieto Aldo Guadagni (Academia Nacional de Educación) y Francisco Boero (CEA-Universidad de Belgrano)

Los avances tecnológicos de este siglo XXI están impulsando un sostenido proceso de transformación global de las estructuras de producción de bienes y servicios, que nos indican que año a año se destruirán cada vez más empleos no calificados y aumentará la demanda por más recursos laborales de alta preparación. Esto significa que el nivel educativo de un país es esencial para determinar el ritmo de crecimiento del futuro nivel de vida de la población.

El avance económico de una nación hoy no depende principalmente de la existencia de abundantes recursos naturales (agro, minería, pesca, hidrocarburos), sino del nivel de calificación de su fuerza laboral. Este siglo es el siglo de la ciencia y la tecnología, los avances son cada vez más acelerados, por ejemplo en el área de la robotización de los procesos industriales, de la comercialización y los servicios. En este nuevo escenario el papel de la Universidad es cada vez más importante.

La importancia de la graduación universitaria

La Universidad argentina enfrenta tres desafíos: calidad, deserción e inclusión social. Nos estamos quedando rezagados en América Latina, ya que son muchas las naciones que vienen avanzando en su graduación universitaria a un ritmo superior al nuestro. Si tenemos en cuenta el tamaño de las poblaciones, nosotros matriculamos más estudiantes universitarios que muchos países. Uno debería suponer que si tenemos más estudiantes deberíamos tener más graduados, pero no es así, sino todo lo contrario. Esta creciente diferencia en el avance en la graduación nos está diciendo que nuestro ritmo de acumulación de capital humano calificado es insuficiente, ya que incide negativamente el hecho que nuestra deserción universitaria es muy alta. Esta deserción es  inferior en países como Chile, Brasil y México, donde más de la mitad de los ingresantes concluyen su carrera universitaria, mientras que entre nosotros apenas la concluyen tres de cada diez. Nuestra elevada deserción está vinculada al hecho que después de un año de haber estado en la universidad estatal, 51 de cada 100 alumnos no aprobaron más de una sola materia y en las privadas esta cifra corresponde a 31 de cada 100 alumnos. No deja de ser un llamado de atención observar el hecho que nuestra graduación universitaria es escasa, sin embargo el ingreso a la universidad es cuantitativamente muy significativo. Nuestro sistema universitario es original, ya que es uno de los pocos del mundo que carece de una transición ordenada desde el ciclo secundario al universitario, ya que la gran mayoría de las naciones implementan exámenes estatales de evaluación de conocimientos al finalizar el ciclo secundario. Esta transición ordenada abarca una totalidad de naciones de muy distintos gobiernos y sistemas políticos. Es así como todas las naciones europeas aplican hoy estos exámenes, mientras al mismo tiempo el Partido Comunista gobierna en tres naciones (China, Cuba y Vietnam) y en las tres también se aplican exámenes generales obligatorios al finalizar el secundario para ingresar a la Universidad. Lo mismo ocurre en Ecuador, por iniciativa del presidente Correa. En México, Costa Rica, Colombia, Nicaragua, Chile Japón, Corea, Siria, Rusia, y muchas otras naciones asiáticas y africanas también se implementan exámenes estatales al finalizar el ciclo secundario. El ingreso a las Universidades es muy distinto en Argentina, ya que la Ley 27.204 estableció el “ingreso irrestricto”. Este concepto no deja de ser socialmente atractivo ya que luce como un factor que contribuye a la igualdad de oportunidades, pero la realidad lamentablemente es otra, más allá de estas legitimas aspiraciones de avance social. Nuestro sistema universitario tiene una gran amplitud en lo que hace a la población total estudiantil, pero al mismo tiempo, registra pocos graduados, ya que los niveles de deserción son muy elevados, tanto en el sistema de universidades estatales y también, aunque algo menos, en las privadas. En esta nota presentamos una comparación de la evolución de la graduación universitaria en Argentina y Chile en el periodo 2003-2017.

Graduación universitaria en Argentina y en Chile

Antes de considerar los niveles de graduación universitaria en Argentina y Chile, veamos que ocurre en nuestro vecino, que implementa un sistema de ingreso (PSU) muy distinto al nuestro y que no ha sido alterado en sus puntos esenciales, por los gobiernos democráticos de diverso signo ideológico de las últimas décadas. La Prueba de Selección Universitaria (PSU) es el sistema de admisión utilizado por las instituciones que integran el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), y por las universidades adscritas. Se trata de uno de los requisitos establecidos para ingresar a dichas instituciones de educación superior, junto con las Notas Enseñanza Media (NEM). Dicha prueba tiene las características de ser un examen integrado, simultáneo, nacional, transparente, objetivo, dinámico y anual, cuya elaboración y aplicación continúa siendo realizada por la Universidad de Chile, pero cuya coordinación está a cargo del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE).La PSU consta de dos pruebas de carácter obligatorio, una de matemática y otra de lenguaje y comunicación, y de dos pruebas electivas, que pueden ser de historia y ciencias Sociales y/o de ciencias (biología, química y física). Para rendir la PSU se debe ser egresado de enseñanza media o estar cursando su último año (IV Medio). La inscripción se realiza por Internet y, una vez cumplidos los pasos establecidos para dicho registro, se brindan las fechas para reconocimiento de salas y rendir los exámenes. Esto se realiza normalmente en los primeros días de diciembre de cada año. Luego de la postulación, la selección de resultados se realiza previa ordenación decreciente de los postulantes a cada carrera, de acuerdo con el puntaje ponderado, respetando el orden de preferencia de carreras a las que se postuló el estudiante. Una vez que se selecciona una opción, se eliminan automáticamente todas las postulaciones de menor preferencia. A partir de allí, y una vez que las universidades provean la lista de vacantes disponibles, los estudiantes pueden matricularse, perdiendo la vacante quienes no lo hagan en el plazo estipulado.

¿Qué ocurrirá el lunes 18 de noviembre y el martes 19 en Chile?

Durante el lunes 18 y el martes 19 de noviembre de este año se llevara a cabo en Chile la PSU, mediante la cual se evaluarán n los conocimientos adquiridos por los alumnos en el nivel secundario de educación. El resultado de este examen determina el ingreso de los estudiantes a la universidad y también el acceso a becas. Esta PSU considerara el nivel de conocimientos de los alumnos en Lengua y Comunicación, Ciencias, Matemática, Historia, Geografía y Ciencias Sociales. Muchos alumnos chilenos están dedicando en este año varias horas diarias al estudio de los temas que serán evaluados. En Argentina no hay ningún tipo de examen de evaluación de conocimientos al final del secundario, debido a que están prohibidos por la Ley 27.204, que los considera “restrictivos”. Pero al comparar nuestras cifras sin restricciones de ingreso frente a las de un país con un sistema “restrictivo” como Chile, se observa que su sistema es más eficaz, con mayor graduación anual y con mayor crecimiento en cantidad de graduados en el periodo 2003-2017, como se ve en el cuadro siguiente:

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Argentina tiene más estudiantes universitarios, pero Chile tiene muchos más graduados, porque su deserción universitaria es menor. Como se observa los exámenes al finalizar el ciclo secundario no impactan negativamente en la graduación universitaria sino que, justamente, promueven todo lo contrario. Chile tiene un régimen de ingreso “restrictivo” comparado con el nuestro, pero su graduación universitaria no sólo es mucho más alta que la nuestra, sino que además esta brecha se amplía año tras año, porque el ritmo anual de aumento de esta graduación es mayor en Chile. Nuestra graduación universitaria creció 60 por ciento en el periodo 2003-2017, mientras la chilena creció el triple (182 por ciento). Es evidente que un nivel de preparación para ingresar a la Universidad distinto en Chile y la Argentina, es el preludio de dos futuros diferentes. Pero los jóvenes no son los responsables, ya que los adultos son los definen la política educativa. Este examen PSU apunta claramente a mejorar el nivel de conocimientos de los egresados de la escuela secundaria en Chile; hay que destacar que algo similar ocurre en muchos países latinoamericanos que también aplican estos exámenes a la finalización del ciclo secundario (Cuba, Nicaragua, Ecuador, Colombia, México y Costa Rica), muchos de ellos tienen más graduados universitarios que nosotros. Lo que ocurre en realidad es que no hay mayor “restricción” que la falta de estímulos a la dedicación al estudio en la propia escuela secundaria, ya que lo que no se estudia como corresponde en esa instancia resulta muy difícil de recuperar en la universidad. No existen restricciones para el ingreso a nuestras universidades, porque así lo dispone nuestra ley, pero la deserción es muy elevada ya que de cada 100 estudiantes que ingresan a todo el sistema universitario argentino (estatal y privado), casi 70  no concluyen sus estudios. No hay “restricción” en nuestra Universidad pero hay una preocupante “deserción”.

Conclusiones

En este siglo XXI, una nación no puede asegurar su crecimiento económico y desarrollo tecnológico sin una significativa graduación universitaria de sus jóvenes.  La ausencia de exámenes generales al finalizar el secundario es una clara desventaja para los alumnos, ya que deteriora el proceso de estudio en este nivel. Es común escuchar a nuestros profesores universitarios de primer año destacar las grandes deficiencias en la preparación de los estudiantes secundarios y la elevada deserción. Si seguimos como hasta ahora, continuaremos comprometiendo aún más el futuro de nuestros adolescentes. Las naciones están dejando atrás una época en que la producción de bienes y la acumulación de capital estaban basadas en los recursos naturales. El nuevo capital es el capital humano, por esta razón cada día que pasa es más importante la Universidad, el nivel educativo de los estudiantes secundarios que acceden a ella y la eficacia y calidad de la graduación universitaria.