Crece la preocupación por el planeta

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Por Alieto Aldo Guadagni (Academia Argentina de Ciencias del Ambiente)

En el mes de marzo el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentó el documento  “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial”, donde se nos alerta expresando “El estado general del medio ambiente  ha seguido deteriorándose en todo el mundo…es necesario adoptar medidas a una escala sin precedente para detener y revertir esta situación y proteger así la salud humana y ambiental”. Vivimos en un mundo globalizado, no solo desde el punto de vista tecnológico y económico, sino también en esta etapa histórica con la plena globalización del medio ambiente. Las emisiones de CO2 siguen aumentando año a año, las emisiones del año pasado fueron nada menos que un 130 por ciento mayor a las del año 1971. Estas crecientes emisiones contaminantes impactan directamente sobre nuestro clima, ya que contribuyen a incrementar la cantidad de CO2 que rodea nuestra Tierra y que año a año incide negativamente cada vez más.

El año pasado se caracterizó por grandes tormentas, incendios, inundaciones y sequías, que significaron enormes daños a las personas y un significativo costo económico global. Por ejemplo, existe un creciente impacto negativo sobre la biodiversidad, las evidencias indican que más de 4000 especies han declinado nada menos que 60 por ciento desde 1970.

La urbanización de la población mundial crece año a año, hecho que aumenta la vulnerabilidad al previsto aumento en el nivel del mar, fenómeno que ya viene ocurriendo y se prevé se acelerara en las próximas décadas. Se estima que 2 de cada 3 habitantes del planeta vivirán en ciudades a mediados de este siglo. Esto implicara que alrededor de 800 millones de personas vivirán en casi 600 ciudades costeras, que serán afectadas por el previsto aumento de medio metro. En Asia se concentrara 80 por ciento de la población mundial afectada por futuras inundaciones, por su parte según el Banco Mundial nada menos que 70 por ciento de las grandes ciudades europeas serán afectadas por el aumento del nivel del mar. Los daños también serán importantes en ciudades africanas como Casablanca, Dakar, Lagos, Argel y Túnez. Los daños en Estados Unidos serán significativos en ciudades como Baltimore, Charleston, Miami, Nueva Orleans y Nueva York.

Este año ya tenemos a China como el primer país globalmente contaminante , seguido por Estados Unidos, por esta razón es importante seguir de cerca cómo avanzan las negociaciones anuales que organiza Naciones Unidas, a partir del Protocolo de Kioto, para considerar los medios propuestos para controlar y reducir las emisiones. Señalemos que el nuevo posicionamiento del Presidente TRUMP ha sido negativo para la humanidad. El Presidente Obama durante sus dos mandatos había jugado un rol positivo en la arena climática internacional; participando activamente junto con los líderes chinos y europeos para encauzar positivamente las negociaciones.

Lamentablemente cuando el Partido Republicano triunfa en las elecciones del año 2016 y es electo el Presidente Trump, Estados Unidos, segundo contaminador mundial deja de ser parte de la solución para convertirse en una parte activa del retroceso ambiental, por ejemplo abandonando los compromisos de reducción de emisiones asumidos en el Acuerdo de París. Este retroceso fue acentuado aún más por el diseño de nuevas regulaciones que contribuyeron a debilitar la expansión de las energías limpias y la conservación energética.

Sin embargo, debemos resaltar un reciente hecho que permite abrigar esperanzas de un radical cambio de escenario energético en Estados Unidos y, eventualmente en el mundo, si es que un hombre como Trump con un enfoque tan negativo, es reemplazado en las próximas elecciones presidenciales por alguien más responsable por el cuidado de la Tierra. Este nuevo hecho se refiere a la declaración de los “economistas sobre los dividendos del carbono”. Esta declaración fue firmada por nada menos que 3333 economistas norteamericanos, incluyendo a cuatro ex Presidentes de la Reserva Federal, nada menos que 27 ganadores de Premios Nobel, y dos ex secretarios del Tesoro.

Esta reciente propuesta presentada en Estados Unidos se centra en la implantación de un impuesto al CO2 que aumenta gradualmente, comenzando por los 40 dólares por tonelada. Para evitar un aumento de la presión fiscal tributaria, se propone también un dividendo periódico que se devuelve igualitariamente a todos los habitantes, con liquidaciones trimestrales. La propuesta apunta a universalizar este tributo ambiental, que simplemente reconoce el costo de esta importante externalidad negativa, aun no plenamente incorporada al sistema de precios de las economías de mercado. La otra buena noticia es la reciente decisión del Gobierno de Noruega que su fondo soberano, el mayor del mundo, venderá sus participaciones en empresas de exploración  de petróleo y gas.

El gran problema es que el mundo debería acelerar aún más el abandono de los combustibles fósiles, ya que el tiempo ya perdido al no cambiar de rumbo energético es irrecuperable, porque no estamos únicamente en presencia de un alto y creciente flujo de emisiones anuales de CO2, que bien podrá ser corregido en el futuro, sino de un alto stock de gases contaminantes que no se disipan, y permanecerán rodeando nuestra única Casa Común. Por esta razón nos alertó Francisco, cuando expreso, que “el clima es un bien común, de todos y para todos”.

La agenda ambiental global debe ser encarada con más compromiso por partes de todas las naciones. El límite critico que no debe ser cruzado si es que no queremos dar lugar a significativos daños, es de apenas 450 ppm-Por esto es preocupante que el Observatorio de Mauna Loa nos diga que tenemos 411 ppm de Co2 rodeando nuestra Tierra, es decir 30 por ciento más que cuando comienza este registro en el año 1959. Todos estos hechos nos alertan ya que tenemos poco tiempo para reducir drásticamente las emisiones contaminantes.