Exportemos para poder crecer

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Por Alieto Aldo Guadagni

Si se observa la participación del PBI de nuestro país en el PBI mundial surgen evidencias que nos obligan a reflexionar sobre la orientación básica de nuestra política económica en las últimas décadas. La participación de nuestro PBI en el PBI mundial es hoy apenas la mitad de la participación que teníamos hacia 1980. Como se observa se trata de un retroceso notable, íntimamente asociado con el hecho que nuestra balanza de pagos internacional siempre jugó un negativo papel clave en las repetidas caídas de la actividad económica y del empleo, debido a las recordadas “escasez de divisas”.

Hace tiempo que tenemos problemas en expandir nuestro PBI, condición importante para poder mejorar el nivel de vida de la población. Recordemos que hemos tenido repetidas recesiones en los últimos años (2009, 2012, 2014 y 2016). Hemos retrocedido y por eso se agudizaron aún más los graves problemas de pobreza e indigencia; el PBI por habitante del año pasado fue un 5 por ciento inferior al del año 2011. Este retroceso es el más acentuado en América Latina (con excepción de Venezuela).

Incidió en nuestro retroceso el hecho que en los últimos 20 años nuestras exportaciones han crecido mucho menos que las del resto de los países latinoamericanos, por ejemplo las del Uruguay han crecido el doble que las nuestras. También crecieron más las exportaciones de los principales países latinoamericanos como Colombia, Brasil, Perú, México, Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Paraguay y Chile. Nuestro retroceso exportador se acentuó desde hace una década, baste decir que nuestras exportaciones fueron en el 2017 un 30 por ciento inferiores a las del año 2011.

No hay crecimiento económico sin aumento en las exportaciones, por eso es importante remover los obstáculos existentes a su expansión, y establecer un sistema tributario que no las penalice, como hemos hecho en el pasado con nuestros derechos de exportación, que nos convirtió en el único país de América Latina que utilizara de manera generalizada este instrumento tributario muy eficaz en abatir las exportaciones.

Es hora de desarrollar nuestros recursos naturales aun inexplotados como la minería. No se trata de prohibirla sino de reglamentarla para preservar el medio ambiente. Tengamos presente que compartimos la Cordillera de los Andes con Chile, nosotros tenemos 2/3 y ellos apenas 1/3, sin embargo ellos exportan alrededor de 30.000 millones de dólares anuales de productos mineros, casi 30 veces más que nosotros.

Hay que expandir nuestras exportaciones y apuntar al Asia, donde se ubican las naciones que más están creciendo en el mundo desde hace ya varias décadas; los antiguos países desarrollados vienen creciendo la tercera parte de lo que crecen en el Asia las grandes naciones en desarrollo, por esta razón nada menos que la mitad del crecimiento del PBI mundial corresponderá a estas naciones, lideradas por China e India.

En esta era de la globalización el gran motor que impulsa el crecimiento de la actividad productiva y, por ende del empleo y del nivel de vida de la población, son las exportaciones. Las experiencias universales son muy notorias, siempre crecen más y generan más empleo los países capaces de aumentar sus exportaciones.