¿Cuán sustentable es la situación del Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires?

Imprimir

Por el Equipo del Blog

Se ha instalado en la opinión pública una idea confusa acerca de la salud del sistema previsional de la provincia de Buenos Aires (IPS). Incluso, en los últimos días artículos periodísticos dan cuenta de una situación superavitaria. ¿Cuán sustentable es la situación del instituto?

Algunos aspectos relevantes de los últimos años

La sustentabilidad de un régimen previsional como el del IPS depende de dos variables clave: la tasa de sostenibilidad (relación entre activos y pasivos) y la tasa de reemplazo (relación entre el salario del activo y el haber del pasivo).

El IPS administra más de 800 mil agentes activos agrupados en subsistemas bien diferenciados entre sí: Para el año 2017, más de 200 mil activos de la administración general, alrededor de 400 mil de magisterio (incluyendo docentes públicos y privados), 235 mil municipales y 22 mil agentes del servicio penitenciario. Pasada la crisis de 2001, el stock de activos creció de manera sostenida, a razón de un 3,3% anual (entre 2002 y 2015), mientras la población de la provincia ha crecido en promedio alrededor del 1% anual (una relación de tres a uno).

Por su parte, el número de pasivos creció en el periodo analizado a razón del 2,8% anual. Esta evolución permitió que la relación activo-pasivo alcanzara su máximo histórico en un nivel de 4 en 2009. A partir de entonces comenzó una tendencia declinante que deteriora la sustentabilidad del sistema.

Por su parte, la tasa de reemplazo del IPS tiene características particulares que la hacen difícilmente comparables con el régimen nacional o con algunas cajas provinciales. En promedio, el haber de los jubilados representa más del 100% del sueldo remunerativo de los activos. Este resultado se explica en razón de que los afiliados tienen la opción de jubilarse con el mejor sueldo cobrado durante 3 años seguidos o 5 alternados, percibidos o no en el ámbito del sector público provincial. Es decir, puede jubilarse en base a salarios más altos cobrados en otra jurisdicción (1).

A pesar de lo señalado, el crecimiento sostenido de la planta de empleados públicos permitió alcanzar superávit financiero hasta el año 2016, los cuales fueron convertidos en letras por el tesoro provincial, conforme a lo establecido en la Ley orgánica del IPS. Estas letras alcanzaron un stock de algo menos de $ 13 mil millones en 2016. El rendimiento de las mismas estuvo muchos años por debajo de la inflación real.

Ya en 2016 se observó una reducción de la planta de personal del 1%, debilitando la relación activo-pasivo, lo cual tuvo implicancias en términos financieros. El resultado contributivo (ingresos por aportes y contribuciones menos el pago de prestaciones contributivas) arrojó un déficit de más de $ 3 mil millones (6% del pago de prestaciones contributivas). Este déficit “contributivo” más los gastos de operación se financian con otros ingresos del IPS: recursos tributarios de origen nacional, rentas de la propiedad (básicamente el rendimiento de las letras del tesoro provincial) y algunos ingresos no tributarios (multas y otros) de menor cuantía. Con todos estos conceptos consolidados, se llega en 2016 a un resultado financiero superavitario del orden de $ 1.300 millones.

La situación actual

El congelamiento de la planta de la administración general y el pase a pasividad de aquellos activos que cumplían con los requisitos para jubilarse, aceleraron las tendencias ya observadas. La relación activo-pasivo estaría en 2017 en torno a 3,3 con una proyección declinante.

Extrapolando el último dato publicado al cierre del ejercicio 2017, el resultado contributivo representaría un déficit más profundo que en el año precedente: en torno a los $ 6.500 millones (equivalente al 9% de los gastos en prestaciones contributivas).

Al incorporar los ingresos tributarios, no tributarios, las rentas de la propiedad y los gastos de operación, es probable que en 2017 se llegue a un resultado financiero deficitario de alrededor de $ 2.500 millones.

Sólo se puede mostrar un resultado en equilibrio o superavitario si se incorporara al resultado financiero parte del stock de letras por un monto equivalente o superior al déficit financiero. Si se considera esta fuente de financiamiento, debe advertirse que los flujos estarían siendo financiados por un stock, que es finito y agotable en no muchos años.

A futuro

Las proyecciones realizadas por la FCE-UNLP desde hace varios años ya daban cuenta de una tendencia hacia el desequilibrio del sistema previsional, lo cual viene ratificándose por los hechos. Es probable que el stock de letras permita financiar el déficit financiero por un par de años más. A partir de entonces el déficit deberá ser cubierto con recursos de rentas generales, que tendrán que ser desviados de otras funciones esenciales del estado.

La discusión de la reforma llegó tarde, toda vez que los efectos de una eventual corrección de parámetros permitirían obtener resultados visibles en más de una década. No tiene mayor sentido dilatar la discusión con artilugios financieros que escondan el problema de fondo.

(1) A modo de ejemplo, una persona que desempeña buena parte de su vida laboral como docente y ejerce por el término de tres años un cargo de diputado nacional, percibiría una jubilación cuyo haber se determina en base a este último salario.