Sobre William Baumol y su huella en la Economía del Sector Público

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Por Jorge Puig
FCE-UNLP

El jueves  4 de mayo falleció, a los 95 años, uno de los economistas más trascendentes de los últimos tiempos: William Baumol. Contribuyó a la economía en varios de sus campos con innumerable cantidad de libros y publicaciones en revistas especializadas. Seguramente se recuerde su teoría de los mercados desafiables o aquella sobre la demanda de dinero desarrollada junto a James Tobin, dentro de sus contribuciones más famosas. En tan extenso recorrido no dejó inexplorado el campo de la economía pública. Por el contrario, realizó un aporte fundamental para intentar comprender la dinámica del crecimiento del Sector Público en la economía: la “enfermedad de los costos”.

En su trabajo seminal de 1967, Baumol sostiene que la productividad no crece de manera uniforme en todos los sectores de la economía. Piénsese en el caso de su ejemplo sobre la ejecución de un cuarteto de cuerdas de Mozart, que en la actualidad requiere de la misma cantidad de músicos que en 1790, mientras el ensamble de un automóvil hoy en día demanda considerablemente menos horas de trabajo que a principios de 1900. Esta diferencia hace que los costos de producción de los sectores donde la productividad crece más lento (generalmente los servicios), aumenten de manera sostenida en el tiempo. La razón de ello se debe a que los salarios de los sectores menos dinámicos, producto a la presión que hacen sus trabajadores, tienden a subir al igual que en los dinámicos. Así, al no poder financiarse con aumentos de productividad, se financian con aumentos de precios.

Los bienes que provee el Sector Público en general son intensivos en mano de obra y los incrementos de productividad suelen producirse lentamente. Un ejemplo que podría plantearse es el de la educación. La tecnología avanza velozmente: las computadoras son cada vez más potentes, más accesibles, más amigables para distintos tipos de usuarios. Sin embargo, la forma de proveer educación no avanza al mismo ritmo. En esencia, en educación se trata desde siempre de docentes frente a alumnos, aun cuando hoy la tecnología posibilita nuevos modos de relacionamiento e interacción entre maestros y estudiantes (Garriga y Rosales, 2013). Algo similar podría ocurrir al pensar el caso de la salud y otros bienes públicos que, bajo la lógica de Baumol, sufren también la enfermedad de los costos. La consecuencia de estos costos relativos crecientes a lo largo del tiempo, sería una mayor participación de este tipo de sectores en la economía. La Figura 1 da cuenta de este fenómeno en Argentina: tanto el gasto en salud, educación como el gasto primario del gobierno ha ido aumentando a lo largo del tiempo en relación al tamaño de la economía. Baumol podría estar en lo cierto.

Figura 1. Evolución del gasto total primario, gasto en salud y gasto en educación. Consolidado y en % del PIB. Años 1980-2015

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Fuente: Subsecretaría de Programación Macroeconómica – Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo en base a Secretaría de Hacienda, Cuentas de Inversión y presupuestos.

Numerosos estudios empíricos han tratado de echar luz sobre el cumplimiento de la hipótesis de Baumol, hallando fuerte soporte empírico (véase Facchini (2014) para una revisión de la literatura). Para ello utilizaron principalmente dos indicadores: i) el precio de los bienes públicos en relación al resto, medido como la relación entre los precios implícitos del consumo público y el producto (Beck 1976) y ii) el diferencial de salarios entre el sector público y el privado (Bradford et al. 1969). La Figura 2 muestra ambos para Argentina, donde tendencias crecientes en ambos indicadores pueden ser observadas.

Figura 2. Indicadores utilizados para medir enfermedad de los costos de Baumol. Índice 1993=100. Años 1993-2016

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Fuente: Los datos para la medida propuesta por Beck (1976) se obtuvieron de INDEC. Los correspondientes a la medida de Bradford et al. (1969) pertenecen a CEDLAS.

Porto (1995, 2002) presenta, para el caso argentino, una comparación de las series de salarios y precios de las actividades gubernamentales y no gubernamentales para el período 1913-1983. En ese caso puede observarse un comportamiento similar en la evolución de los salarios del sector público y del sector privado, y que los precios del sector público crecen más que en el sector privado. La evolución de las series es consistente con el modelo de Baumol. También Castroff y Sarjanovich (2006) estudiaron las causas de crecimiento del sector público provincial argentino, durante el período 1990-2003, encontrando evidencia a favor de la enfermedad de los costos.

Si bien la evidencia parece indicar de que la enfermedad de los costos se cumple en el caso argentino, estas observaciones debe ser tomadas con precaución ya que, como señala Porto (1995), el aumento del presupuesto para la prestación de bienes y servicios públicos puede no deberse a un aumento en los costos por cuestiones estructurales, sino a una mayor utilización y/o retribución de factores concurrentes (equipamiento, infraestructura, etc.), aumento de la calidad de los servicios prestados o despilfarro de recursos. También cuestiones metodológicas asociadas a posibles problemas de endogeneidad y medición en los indicadores refuerzan dicha precaución.

Finalmente, habiéndose hecho las salvedades anteriores, vale la pena detenerse en al menos dos de los desafiantes planteos de la teoría de Baumol. Por un lado la enfermedad de los costos cuestiona en algún punto la sostenibilidad del Estado de bienestar en el largo plazo, debido a que los servicios públicos demandan de manera creciente más recursos de la economía. Por otro, esta teoría podría ser una herramienta válida a la hora de racionalizar la fuerte presencia de los gremios en el sector público, dado que las fuertes presiones sindicales serían la forma de lograr aumentos de salarios ante la ausencia de mejoras de productividad.

Excede el propósito de esta entrada discutir en profundidad los planteos anteriores, como así detenerse en cuestionamientos sobre la evidencia presentada. Al fin y al cabo, todo lo anterior puede tomarse como excusa para recordar y humildemente homenajear a un magnífico economista que ha dejado su huella en el campo de la Economía del Sector Público.

Referencias:

Baumol, W. 1967. Macroeconomics of Unbalanced Growth: The Anatomy of Urban Crisis,  American Economic Review, LVII, No. 3, pp. 415-426.

Beck, M. 1976. The expanding public sector: some contrary evidence, National Tax Journal, 29, march: 15-21.

Bradford, D.F., Malt, R.A. y Oates, W.E. 1969. The rising cost of local public services: some evidence and reflections, National Tax Journal, 22, June: 185-202.

Castroff, C. y Sarjanovich, M.V. 2006. La Ley de Wagner y el Efecto Baumol. Un análisis para las provincias argentinas. Anales de la Asociación Argentina de Economía Política.

Garriga, M. y Rosales, W. 2013. Finanzas públicas en la práctica. Selección de casos y aplicaciones. La Plata: Edulp.

Facchini, F. 2014. The determinants of public spending: a survey in a methodological perspective. Munich Personal RePEc Archive.

Porto, A. 1995. Cuaderno de Economía N° 14. Buenos Aires: Ministerio de Economía.

Porto, A. 2002. Microeconomía y Federalismo Fiscal. La Plata: Edulp.